Relates cotidianos: Recordar para no sentir miedo

Hola.

Ismael cayó en cuenta que no llevaba dos años luchando contra sus miedos: tenía toda su vida enfrentándose a ellos.

Un par de semanas atrás, durante una de sus sesiones de psicoterapia, recordó que siendo un niño escribía cartas que nunca entregaba. Estaban escritas con lápices de colores, quizás porque era lo que tenía a mano. En todas ellas expresaba largamente su pesar por la decisión que (nuevamente) acababa de tomar: se iría de la casa. Ismael tenía cinco o seis años cuando escribía esas notas de despedida. Recordaba que lo hacía llorando, a veces tenía que rehacer la carta porque las lágrimas caían sobre la hoja y la arruinaban. Pero no lograba recordar algo fundamental: ¿por qué lo hacía?, ¿cuál era la razón para querer huír de su casa?

Admitió, también, que tenía pocos recuerdos de su infancia. Es lo normal, pensó. Uno de ellos era el miedo que le tenía a las multitudes. No le gustaban (y aún no le gustan) los lugares con mucha gente. Recordó una ocasión de visita en Maracay con sus padres, en la que se perdió en medio de lo que le pareció un mar de gente. Tenía siete años, de eso estaba seguro. Las circunstancias le resultaban borrosas, pero podía afirmar que en ese momento él sintió pánico.

Una de estas noches, Ismael se despertó con una sensación de angustia que inmediatamente asoció con la ansiedad. No obstante, por primera vez reconoció en ella algo familiar, no era la primera vez que ocurría. Sí, le había pasado antes, muchos años atrás. Cuando era un niño.

¿Sería posible, pensaba, que esto que hoy vivía se hubiese cultivado durante más de treinta años? ¿Podrian estos miedos, a lo cotidiano y a lo extraordinario, haber crecido con él?

Él siempre ha sido un hombre tan seguro de sí mismo, que esta nueva situación le genera mucha inquietud. Pero, ¿es realmente una nueva situación?.

Ahora solo tiene una posibilidad para poder vivir sin miedo: recordar.

A veces creemos que pudimos derrotar a nuestros demonios, pero resulta que solo han estado noqueados.

Hasta el próximo post.

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