Seis meses después
El dolor no cede. La sensación de vacío en el pecho, tampoco. A veces la culpa se asoma, pero se puede mantener bajo control.
Tapar el dolor con trabajo no funciona.
¿Ella estaría orgullosa de mí? Jamás lo sabré, no hay forma de tener respuesta. Y eso es lo que más miedo me da.
Solo han pasado seis meses.
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