El silencio entre nosotros
Ismael no ha querido dejar que la rabia se aloje en su alma cada que vez que recuerda lo rápido que pasó todo, lo pronto que llegó y lo doloroso de la partida. Pero no puede hacer nada. Esa enfermedad impuso un silencio prematuro y una incapacidad temprana. "¿Cuánto pudo haber hecho si no hubiese enfermado?", se preguntaba. Cuánto amor no pudo expresar. Cuántas sonrisas se perdieron en ese infortunio. Ella dejó de abrazarlo hace tanto, que parece una sensación diluida en el tiempo. Hace tanto que ya no recibía su bendición... Ahora solo hay dolor. Y días buenos, pero otros no tanto. Y rabia.