Ahora voy entendiendo...

Hola.

Eso de andar por la vida con el corazón roto no es cuestión de elección, la sensación de insatisfacción es tan molesta que si pudiéramos evitar exponernos a ella, seríamos felices, plenos y dichosos. El asunto es que no podemos. En ocasiones, las cosas no salen como creíamos que lo harían, y es en ese momento cuando las expectativas puestas sobre otros se vuelven un problema. Esperar algo de los demás, se comunique o no, sea razonable o no, es tan natural y humano que roza lo cotidiano. A partir de un par de recientes experiencias sobre las que no voy a profundizar (para eso está mi psicoterapeuta), he identificado empíricamente las razones por las cuales atravesamos momentos de tristeza, decepción, rabia, miedo y frustración:
1. Tengo algo que aprender,
2. Tengo algo que soltar,
3. Hay alguien a quien perdonar,
4. Tengo que seguir adelante, aunque me sienta muy cómodo donde estoy;
5. O un mix de todas las anteriores.

En lo personal, me tomó casi un par de años convencerme que debía "soltar" la relación en que estaba. Como no me decidía, la vida me lanzó a la cara los elementos para que finalmente lo hiciera. ¿Cuál es la finalidad de una relación amorosa? Ahora entiendo que es tener un estado de satisfacción y bienestar, con los altibajos típicos que, en mutuo acuerdo, se pactaron tolerar. No es un tema de dependencia o autoridad, sea emocional o económica. Es más bien un asunto de compromiso, partiendo de cuáles son los espacios personales negociables y cuáles no lo son. Si eso no está claro, se corre el riesgo de ceder demasiado. Nadie le quita espacio al otro, uno lo cede. Y cuando cedes en demasía, terminas vacío de tí mismo. Sé de lo que hablo.

Para poder perdonar, hay que practicar rigurosamente el desapego. El desapego debilita a los egos. Las creencias son aplicaciones difíciles de desinstalar, pero no imposibles. Ahora entiendo que es un ejercicio diario, continuo y personalísimo. Perdonar a quien te hizo daño pasa por un estado de conciencia tal que te permita, en primera instancia, perdonarte a tí mismo. Recordarte y reforzarte día a día que eres valioso, que eres responsable de las decisiones que tomas, de las que no, y de sus consecuencias. Responsable, pero no culpable. La culpa es un sentimiento inútil, que encadena y no permite avanzar. El apego a las creencias y a las expectativas se fermenta en rencor, y de eso se alimentan los egos. Ahora entiendo que debo perdonarme a diario, sin ser indulgente, pero sí paciente. Me perdono por las omisiones, por cuando actué (actúo) desde los egos, por cuando tuve (tengo) miedo. A ti, W, te perdono. Y a partir de allí, diariamente, decido seguir adelante.

Mi particular visión del amor va por etapas: la emoción que se transforma en sentimiento, y el sentimiento en acuerdo. Jamás en recuerdo. Por eso quizás no me gustan las segundas partes de las historias (aunque admito que escribí una en este blog hace poco).

Ahora entiendo que tengo muchísimo que aprender. Que no he perdido el tiempo, que las cosas suceden en el momento que debían suceder. Que el desapego es diario, constante. Que a pesar de ser perfectible, soy la mejor versión de mí. Aprender que los insultos son como los regalos: serán solo tuyos si los aceptas. Y los halagos requieren una entereza similar.

Ahora entiendo que sentirme cómodo bajo mi propia piel no es un estado marcado por el tiempo, sino una tarea continua que requiere de amor y paciencia. La paz interna no te la brinda una píldora al día, sino el (re)conocimiento propio, sin el ruido que generan los egos.

Ahora entiendo que quien me lastima no encuentra otra forma de hacer las cosas, y termina lastimándose a sí mismo.

Ahora entiendo que la indiferencia es lo mejor que puedo brindarle a quien no me quiere en su vida.

Ahora entiendo que no vale la pena flagelarme, porque puedo perfectamente equivocarme.

Ahora entiendo que estar solo me permite escucharme y batallar contra mis egos. No estoy incompleto por estar solo, al contrario, voy llenándome de mí.

Ahora, voy entendiendo.

Hasta el próximo post.

Comentarios

Hada Esquizofrénica ha dicho que…
"Ahora entiendo que la indiferencia es lo mejor que puedo brindarle a quien no me quiere en su vida".

Hermoso, y me quedo corta de palabras. En el compartir se autorrealiza nuestro aprendizaje.

Abrazo fuerte, de esos abrazos que terminan de reconstruirnos.
Yru ha dicho que…
"Aprender".¡Uff! Ahora es que nos falta...
Unknown ha dicho que…
Extraordinario Vladi, hermoso y profundo.
Anónimo ha dicho que…
"Aprender que los insultos son como los regalos: serán solo tuyos si los aceptas. Y los halagos requieren una entereza similar" justo me llegó justo, tal cual
Anónimo ha dicho que…
Las mejores palabras en el momento indicado. Perdonar!
Unknown ha dicho que…
Amigo desde que leí "Ahora voy entendiendo", la primera vez, me vi completamente reflejada en esa realidad, que fuerte la experiencia de vivir, lo lindo y gratificante es que de todas las experiencias nos queda el aprendizaje, y ese es el relato de tu experiencia (que también es la mía actual y lo sabes), aquí voy en esta tarea de continuar.......lo lindo de la última vez que te vi, es que estas radiante y lo mejor....que ya cuentas tú historia con una sonrisa en los labios y eso es grande............Dios te Bendiga.....te mereces lo mejor del mundo, porque eres especialisimooooooo.
Unknown ha dicho que…
Conocerte, para conocer y conocer para aprender.

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